A lo largo de nuestra infancia siempre vimos a las princesas de Disney como mujeres siempre perfectas que en muy pocas ocasiones se veían desaliñadas o decían malas palabras o cosas fuera de lo bello y puro. Al igual que los príncipes que eran hombres perfectos, bien educados, apuestos, con habilidades extraordinarias y valientes, que siempre encontraban la forma perfecta para poder salvar a la princesa, enamorarla y finalmente casarse con ella para ser felices por siempre. Pero, sabemos de